Desliz poético en la madrugada del 2 de abril de 2012...
Rojas, nítidas, fragantes,
liadas con ligero primor,
susurrando dulces enigmas
que exaltan mi razón.
Condenadas a mi agasajo,
a mi sorpresa y a mi rubor;
distraídas sobre mis brazos
que imaginan quien sabe cuál
sorprendente connotación.
Así,
vibrantes, turbadoras,
resplandecen perpetuamente
las rosas que anhelé yo.
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